
La Estrategia 2020 de la Unión Europea, considera que para lograr el objetivo de un crecimiento inteligente, sostenible e integrador, asentado en la mejora de la competitividad, la innovación y la formación, así como para asegurar la cohesión económica y social y para abordar el desafío demográfico, es preciso utilizar el potencial y los talentos de las mujeres de manera más extensa y eficaz.
Igualmente se señala, que Europa necesita utilizar plenamente su potencial laboral con el fin de hacer frente a los retos de una población envejecida y al incremento de la competencia mundial y que se precisarán políticas que promuevan la igualdad entre los sexos.
La estrategia de transversalización, utilizada entiende la organización, para la elaboración de la EADS, aunque no materializada en indicadores, supone una alternativa frente a la marginación de los temas de género y una visión más amplia y complementaria a las tradicionales políticas de igualdad de oportunidades.
El Mainstreaming de género no puede concebirse como una política opuesta a las políticas específicas de igualdad, en el contexto de estrategias y programas de intervención sectoriales. Ambas forman una estrategia dual. Es necesario no abandonar la elaboración de acciones positivas, capaces de lograr objetivos a corto y medio plazo, a la vez que insertamos una estrategia más amplia de mainstreaming que opere a medio y a largo plazo.
Como consecuencia de lo anterior, se echa en falta en la Estrategia un capítulo específico dedicado a la Igualdad de Género, si bien, los objetivos se incorporan en algunas de las iniciativas, objetivos y medidas planteadas en la EADS, de forma transversal.
Se entiende que, salvo en determinados objetivos y medidas, la incorporación de objetivos de género queda centrada en exceso en el documento en la Cohesión social; donde incluso el DAFO recoge como debilidad, la persistencia de las desigualdades por razón de género y como oportunidad el empoderamiento de las mujeres; toma de conciencia progresiva de las desigualdades.
Las desigualdades de género afectan a todas las clases sociales, etnias, edad, y se agrava en las clases menos favorecidas económicamente, por ello se entiende que no solo pueden contemplarse como objetivos y medidas predominantemente de cohesión social, salvo que se incluyan expresamente en ellas.